Cuánto trabajamos en 2019, el año en que irrumpió el debate sobre la jornada de 40 horas
En un contexto en que sigue predominando la cantidad de personas ocupadas 45 horas a la semana, las cifras del INE corroboran aumentos en los otros segmentos horarios.
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Intenso fue 2019 en el ámbito laboral. Y este 2020 promete seguir en la misma línea. Primero, porque siguen latentes los efectos del conflicto social; y segundo, porque hay proyectos de ley clave que esperan por su trámite en el Congreso.
Uno de ellos, la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, que sin contrapesos se instaló en el centro del debate. En marzo cumplirá tres años en el parlamento y los senadores que lo analizan en segundo trámite tienen hasta el 30 de ese mes para presentar indicaciones, con el objetivo de ponerlo en discusión en abril.
Mientras la iniciativa de las diputadas Camila Vallejos (PC) y Karol Cariola logró enredar al Ejecutivo, un suseso inesperado golpeó el comportamiento del mercado laboral doméstico: el estallido social que encendió los ánimos a partir del 18 de octubre.
Un hecho que en la práctica llevó a varias empresas a reducir la jornada de trabajo a la espera de que se calmaran las aguas, con la consecuente caída de la actividad económica.
Datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revelan que en el período octubre-diciembre de 2019 hubo 66.910 personas menos ocupadas en el tramo de las 45 horas semanales respecto a igual lapso de 2018.
La otra cara de la medalla la mostraron quienes laboraron entre 31 y 44 horas, los que subieron en 90.840. Sumados a los que se desempeñamnentre una y 30 horas, que totalizaron 136.650 puestos de trabajo.
“En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados, descendió 3,4%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 4,3%, llegando a 36,8 horas. Según sexo, el promedio de horas para los hombres fue 39,2 horas y para las mujeres 33,6”, señaló en su último boletín el INE.
En cuanto a las horas habituales de trabajo, el alza de los ocupados (1%) en doce meses fue impulsada por quienes trabajaron una jornada de 31-44 horas y de tiempo parcial (30 horas), con aumentos de 6,5% y 2,6%, respectivamente.
Le siguieron quienes cubrieron una jornada de 46 y más horas, con un incremento de 0,7%. Quienes trabajaron 45 horas disminuyeron 1,9%, según la entidad estadística.
“Producto de la crisis social que comenzó en octubre pasado, nos dimos cuenta que fueron muchas las empresas que ajustaron sus jornadas de trabajo con el propósito de resguardar la seguridad de sus trabajadores”, explica Aldo Sepúlveda, director comercial ManpowerGroup Chile.
De hecho, en el primer trimestre de 2019 quienes trabajaron 45 horas subieron en 120 mil, magnitud que se atenuó en los meses siguientes frente a la constancia del aumento en las jornadas de menos horas.
Con todo, quienes cumplen con la jornada de 45 horas a la semana siguen siendo el porcentaje mayoritario de ocupados, con 40,2% de participación al cierre de 2019.
Teletrabajo protagonista
Bajo la lógica del experto, las compañías debieron implementar cambios para asegurar la continuidad de sus operaciones, sin afectar la calidad de sus servicios.
“Si bien la coyuntura incidió directamente en esta mayor flexibilidad, representó una oportunidad para adaptarse a los cambios en las jornadas y en la posibilidad de realizar teletrabajo”, agrega.
Como gran parte de las estaciones del tren subterráneo estuvieron paralizadas, la cantidad de pasajeros transportados por Metro de Santiago disminuyó interanualmente en todo el período: -28,4% en octubre, -41,3% en noviembre y -20,0% en diciembre.
La dificultad de los trabajadores para movilizarse impulsó a varios sectores a aplicar el trabajo a distancia anticipándose al proyecto de ley que lo regula y que sigue su tramitación en paralelo a la iniciativa que reduce la jornada laboral.
La iniciativa que fue presentada en agosto de 2018 al Congreso, señala que los trabajadores podrán pactar por escrito con el empleador, al inicio o durante la vigencia de la relación laboral, que la prestación de los servicios bajo dependencia y subordinación se realice fuera de las instalaciones de la empresa.
Sepúlveda precisa que en ManpowerGroup percibieron que los mayores ajustes en materia de jornadas, durante el último trimestre del año 2019, fue el sector de servicios y, en menor medida, en el rubro industrial.
“En el caso del retail, que fue uno de los sectores mayormente afectados, debieron ajustarse a la venta a través del canal on line, lo que implicó un desafío para muchas y una adaptación urgente a otras menos acostumbradas, con el objetivo de responder a los clientes y no ver drásticamente afectadas sus ventas”, afirma.
Como contraparte e independiente del área, aumentó la demanda para ciertos cargos, como community manager o desarrolladores web.
Ajustes en un mercado laboral en constante cambio
Desde que estalló el conflicto social hasta el 31 de enero, se constataron 307.840 desvinculaciones por necesidades de la empresa y, según economistas, el desempleo podría llegar a los dos dígitos. De hecho, en el último informe de percepción de negocios del Banco Central se consigna que varios de los entrevistados no descartan realizar reducción de personal hacia adelante, sujeto a la evolución de la situación país y su impacto en los márgenes.
"La actual crisis no solo amenaza el nivel de ocupación, sino también podría influir en aumentar más la fuerza laboral que representan los trabajadores informales", advierte Aldo Sepúlveda, director comercial ManpowerGroup Chile, y una evidencia de ello lo entrega el propio INE al dar cuenta de que en el trimestre octubre-diciembre de 2019 la tasa de ocupación informal llegó a 30,4%, con un alza de 0,7 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, siendo su valor más alto desde que se inició la medición de la variable.
El ejecutivo comenta que en su industria perciben que los servicios transitorios les permiten a los trabajadores acceder a un empleo formal. "Un desafío que adquiere hoy en Chile un mayor énfasis. Las regulaciones laborales que rigen para los trabajadores de servicios transitorios son las mismas establecidas en el Código del Trabajo para cualquier trabajador dependiente. Establecer remuneraciones acordes a la función desempeñada, respetar límites de jornadas y horas extraordinarias y cumplir de manera irrestricta la normativa general laboral son condiciones que deben ser respetadas, independiente de la forma en que se contrate a un trabajador", asevera.
A juicio de Sepúlveda, la tendencia mundial apunta a entregar condiciones de mayor flexibilidad a los trabajadores.
Según datos de la OIT, hacia 2005, la mitad de los países establecían una jornada semanal de 40 horas. Un 25% tenía límites intermedios de 41-46 horas y un 25% tenía 48 a la semana.
En América Latina, las 48 horas continúan siendo lo más frecuente y, en menor medida, hay países que no establecen un límite legal a la jornada.
"El cambio en las tendencias en el mercado del trabajo, así como el perfil de los trabajadores, ha sido radical, por lo que percibimos que las organizaciones, tanto en Chile como en el mundo, están adaptando sus políticas de recursos humanos a una gestión que considere estos cambios, resguardando los derechos de los trabajadores bajo distintas normativas", puntualizó Sepúlveda.